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miércoles, 3 de febrero de 2016

LEYENDA: El Cura Sin Cabeza

Parece que este sacerdote, que con hábil maniobra, colocaba sobre su solideo parte del manteo, tan largo como sus deseos sensuales, para atemorizar al populacho que, tarde de la noche transitaba por los barrios oscuros y solitarios, las mas de las veces, seguíanle los pasos al reverendo, hasta verlo aterrizar en los amplios jardines eróticos de su “Dulcinea”.
Yo no se por que pero asegurábase que de preferencia era el Barrio de San Roque el lugar de sus idilios. Pero, al fin, como no hay cosa que no se descubra como decía la comadre “Chepita” se le identifico plenamente, y, una mañana cuando las campanas tañían a maitines, algunos feligreses que concurrieron a la misa de cinco: Elé pues, este taita curita ahora si esta con cabeza, mamitica, ¿QUÉ MUERTE TENDRA?.Y agregaron las beatas, no se si es por celos o de gana: “Dios nos guarde y nos ampare de este SANTO SACERDOTE”; y nosotros también agregaremos, lo curioso del caso es que hasta ahora existen curas “sin cabeza”: aleluya, aleluya...

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